Lema

piel desmaterializada

Centro cultural

Arquitectos
Ramiro Losada Amor, Alberto García Jiménez
Colaboradores
Adriana Quesada, Toni Gelabert, Lucia Bentue
Ingeniero de la construcción
Óscar González
Fotógrafo
Miguel de Guzmán
Situación
Navalmoral de la Mata, Cáceres
Fin de Obra
05/06/2015
Fabricante de Ladrillo
Flexbrick

El Centro Cultural es un edificio híbrido para espacios expositivos que pretende crear un nuevo foco de centralidad urbana, proyectando identidad en la localidaddonde se ubica. El edificio acoge una sala temporal, la exposición permanente de la pintora Sofía Feliu y, principalmente, el Museo del Tabaco. La geometría se atribuye a la formación de la planta de tabaco, con el principio de igualdad y diversidad, que también vemos en estos vegetales -las hojas son iguales, pero distintas al mismo tiempo-. Así, contiene un fuste, a modo de comunicación vertical y estructura, desde el cual surgen plantas de igual tamaño y morfología, pero con diversidad de altura y caracteres y ligeramente desplazadas. En el interior, el edificio contemporaneiza la atmósfera lumínica de un secadero de tabaco a través de un tejido de barro cocido inspirado en el tradicional aparejo de ladrillo que tienen estos edificios. La luz entra -en aquellos espacios que lo permita el programa- a través de los huecos de la fachada. Esto produce un alzado desmaterializado, de geometrías depuradas, que deja filtrar la entrada de sol a través de sus paredes.

La fachada se conforma de una doble piel compuesta por un muro de vidrio y el tejido de barro cocido denominado FLEXBRICK. Así se crea un colchón térmico que dirige las miradas desde el interior, evita el calentamiento en las épocas estivales y conforma el dibujo de los secaderos de tabaco. Es un sistema industrializado de láminas cerámicas flexibles que cubren todo el edificio haciendo diversos dibujos que producen luces y sombras en el interior. El sistema está compuesto por un trenzado de barras de acero en la que se insertan las piezas de barro cocido en retícula, lo que permite flexibilidad, polivalencia y variabilidad. El sistema se divide en módulos de 1.00m. y 0.75m. que se combinan formando el dibujo exterior que contemporaniza los secaderos de tabaco tradicionales.

Además, el contiene un muro vegetal que permite extender el Museo del Tabaco al exterior, siendo un muro didáctico con plantas del tabaco y vegetación de la comarca. Además de la labor pedagogía, refresca el edificio en verano con el consecuente ahorro energético.